Para hablar de poesía latinoamericana contemporánea es inevitable asomarse al trabajo de Tamara Kamenszain (Argentina, 1947). Su obra, compuesta por diez poemarios, inicia con De este lado del Mediterráneo (1973), discurre a lo largo de más de cuarenta años hasta El libro de los divanes (2014), y pasa por La novela de la poesía (2012), reunión de toda su poética previa, que le valió el Premio de poesía José Lezama Lima, otorgado por Casa de las Américas en 2015. Dicho volumen, prologado con el preciso y precioso rigor de la pluma de Enrique Foffani, contiene, entre otros, El eco de mi madre (2010), el más estudiado y traducido de los libros publicados por una de las mayores poetas de nuestra lengua.
Además de todos los méritos de su quehacer poético, es muy notable la ensayística que ha construido y con la cual ha revisitado el canon, desechado anticuados organigramas, trazado itinerarios de lectura que han terminado por reconfigurar la tradición literaria argentina y la forma en que han sido leídos los clásicos nacionales en relación consigo mismos y con las literaturas latinoamericana y mundial. Asimismo, en libros como La boca del testimonio. Lo que dice la poesía (2006) su prosa ha revelado nuevas formas de concebir el ejercicio poético en su acepción amplia, en esa capacidad misma de tejer narrativas que le atañe a la poesía y cierta crítica obtusa ha querido arrebatar.
En Librería Bizarra conversamos con Kamenszain cuando su último volumen publicado era El libro de Tamar (2018) en el cual tensionan lecturas del orden teórico, filial y literario que, a partir de un poema que le dejara su ex esposo, el notable escritor Héctor Libertella, se conjugan para revisar las maneras en que confluyeron en aquella renombrada generación argentina que incluyó voces como las de Piglia, Oswaldo Lamborghini, Josefina Ludmer o Néstor Perlóngher y cómo esta orbitó en sus contemporáneos y se proyecta en las recientes generaciones literarias argentinas. La versión escrita de esta nota se publicó en la revista Lalengua.com.ar
Dirige: Nahum VIllamil Garcés
Arte: Nabely Figueroa Lee
Portada: María José Porras
Música: Josef Paternina